martes, 10 de abril de 2007

Historia real: tráfico de niños salvadoreños y guatemaltecos


Fuente: Página de la Policía Cibernética de México


Esta historia la protagonizaron 5 niños de origen salvadoreño, Bety, Raúl, Juan, Antonio y Mauricio de 13, 12, 14,12 y 11 años de edad respectivamente।
Raúl nos cuenta:
"El 25 de enero del 2002, salimos con "La Güera" de nuestros hogares, emocionados, porque nos iban a reunir con nuestros padres que viven en los Estados Unidos, cada uno de nosotros se fue con diferente persona, Bety y yo íbamos con una mujer que nos llevó a una casa en el poblado de El Salvador, a Juan, Antonio y Mauricio se los llevó "Doña Lucy" y luego a todos nos reunieron en una misma casa en el poblado, luego fuimos a comprar algo de comida a un centro comercial.
Ahí conocimos a otros cuatro niños que no habíamos visto antes, decían que eran hermanos, ellos fueron llevados por otras dos mujeres. Alguno de ellos me dijo que "Doña Lucy" había cobrado por anticipado seis mil dólares por cada niño que trasladaba. Nuevamente salimos a la carretera, nos repartieron entre varias mujeres, yo siempre viaje con Bety, fue "Doña Lucy" quien nos entregó en la frontera de El Salvador y Guatemala a otra mujer de nombre Esmeralda, allí nuevamente nos juntaron con otros seis niños más y entre siete mujeres nos trasladaron a la frontera con México en un lugar que creo se llama Tapachula, ahí nos entregaron con la Sra. Rosaura y conocimos a otras dos niñas nuevas.
Allí nos vuelven a separar con otras señoras que se llevan entre dos o tres niños; nosotros hicimos una escala en una terminal de autobuses donde abundaban los taxis amarillos, en ese lugar comimos y tomamos un taxi a otra terminal donde los taxis eran de color verde, en ese otro lugar nos entregaron a una mujer embarazada de nombre Dolores, ella nos llevo en taxi a otra casa donde nos encontramos los cinco niños que iniciamos el viaje y los que se juntaron con nosotros en Guatemala, ellos eran más chiquitos, tenían entre tres y seis años de edad, ellos me contaron que llegaron directo de Tapachula al Aeropuerto de la Ciudad de México y que la mujer embarazada era la que los había traído a esta casa.
En la casa, Gustavo al que le decíamos "El Gordo", nos dio refresco y pan y nos decía que no saliéramos a la calle y que ya sólo faltaba un día para que pudiéramos ver a nuestros padres. Yo tenía como cinco años viviendo con mi abuelita y no sé en donde están mis padres.
Al día siguiente salieron los seis niños más chiquitos por la mañana, se los llevó Dolores, Gustavo se quedó para cuidarnos, pero no nos dio de comer en todo el día, nos comenzó a gritar y a Juan casi le pega.
Después la embarazada nos llevó en taxi al Aeropuerto, Gustavo nos dijo que nos aprendiéramos el apellido de Martínez y que dijéramos que era nuestra madre para que no tuviéramos problemas, otra mujer de nombre Carmen Martínez nos compró los boletos y nos dijo que ella nos llevaría a Tijuana, y salimos como a las dos de la tarde a ese lugar.
Allá nos encontramos con otra señora más grande de edad, que le decían Cecilia Santiago Martínez y llevaba a otros niños; en el avión nos dieron de comer, cuando bajamos unos policías nos preguntaron que de dónde veníamos y contestamos que de la Ciudad de México, aquí, yo creo que Carmen se puso nerviosa, y los policías la llevaron a otro lugar donde había más policías, después salieron a buscar a Cecilia y se la llevaron con Carmen. A nosotros nos hicieron preguntas a las que respondimos con la verdad, aunque Gustavo y las otras mujeres nos habían advertido que dijéramos que ellos eran nuestros familiares. Después me enteré que ellas, una horas antes, habían trasladado a otros niños y a ellos si los entregaron con Paola, quien los pasó a Los Angeles, no se que pasó con ellos; a Carmen, Cecilia y a nosotros, nos llevaron a la Cd. de México a una Casa Hogar del DIF, ahí nos juntaron con los otros niños y supe que también los policías habían detenido al Gordo, después nos hicieron más preguntas y supe que ellos el año pasado se habían llevado a más de 700 niños a los Estados Unidos y que habían ganado más de 3 millones de dólares en 1 año".

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad me quedo sorprendida de las cosas que pasan a nuestro alrededor. La verdad el trafico de ninos es una de las cosas mas terribles. Nosotros como ciudadanos devemos de deterner todo esto. Y al encontrar a los culpables tenemos que hacerlos sufrir de la manera mas cruel. Por lo tanto yo haria campos de concentracion, y hai encerraria a todos los traficantes de ninos. Bueno solo puedo decir que esque cuidarnos unos a otros.

Princesa16 dijo...

Creo que el utilizar a un infante como medio de labor y exponiendo a realizar labores que denigran su imagen como persona es alho que se debe cartigar de forma rigurosa, considero que nuestro diputados envez de estar con sus babosadas de tomar la tribuna, deberian de poner a trabajar mas en imponer leyes que como este delito no tuviera derecho a la fianza.

gracias por el espacio.
saludos desde bochil, chiapas.mexico

Anónimo dijo...

yo no pensaba q en el mundo pudiera existir una cosa asi hasta hace poco. hace unos meses me entere de q no solo utilisaban a niños de 3 a 17 años sino q los enfermos q hacen este tipo de cosas utilisaban a bebes de 0 meses a mas grandes no puedo creer q la mayoria de esas personas siguan entre nosotros.
me dan ganas de matar hacerlos sufrir a todos aquellos q hacen estas porquerias. q la justicia haga algo.

Anónimo dijo...

Mi mensaje para la comunidad entera es ver mas allá de nuestras narices y darnos cuenta que cada día nos encontramos con personas inescrupulosas capaces de dañar el espiritud angelical de estos niños. Es por ello que debemos poner un grano de arena y cuidar, aconsejar, orientar a los miembros de nuestras familias para que no sean victimas de gentes con corazón pero sin conciencia

Anónimo dijo...

Mi mensaje para la comunidad entera es ver mas allá de nuestras narices y darnos cuenta que cada día nos encontramos con personas inescrupulosas capaces de dañar el espiritud angelical de estos niños. Es por ello que debemos poner un grano de arena y cuidar, aconsejar, orientar a los miembros de nuestras familias para que no sean victimas de gentes con corazón pero sin conciencia

Anónimo dijo...

como ciudadanos no deberiams dejar q sigan existiendo ese tipo de personas si se les puede decir personas deberiams hacer el doble q estos hacen a stas criaturas